Si yo tengo un hermoso sueño...
no debo quedarme dormido.
C.B
Las transformaciones no deben ser instrumentadas simplemente en el lenguaje, sino en los hechos cotidianos. Tampoco necesitan ser espectaculares en sus comienzos, pero implican una constancia cotidiana en la mejoría y eficiencia de una sociedad, que necesita de una mayor creación de bienes y servicios para lograr una justa distribución de los mismos entre todos.
Así como se puede orientar a través de la palabra, también ésta se puede transformar en una especie de plano falso, que engaña falazmente a quienes siguen sus trazos en busca de una ruta mejor.
La comunicación es la base de las relaciones interpersonales y un elemento esencial para lograr la suficiente flexibilidad para los cambios.
Los derechos humanos están supeditados a la escala de valores de una sociedad. La diferencia entre las teorías y su aplicación práctica puede llevarnos a utopías no vigentes.
No tenemos que convertir los disensos en anarquía o guerra civil. Debemos soñar lo posible para evitar que la vida se convierta en un juego de azar, en unas mesas llenas de disimulados tramposos.
Los juegos de palabras se convierten en trágicos accidentes verbales si son maliciosamente usados por quienes lucran con ellos.
Cuando la realidad no acompaña a un lindo sueño este se convierte en pesadilla. Es esencial estar despiertos para que el hermoso sueño sea cierto
Así como la evocación anual de los Reyes Magos implica expectativas de regalos, que no son siempre los acertados, los Magos de la política, fuera de sus discursos no nos regalan nada, y tratan de quedarse con mucho de lo nuestro.
Ah... y una última pregunta: ¿Los lobos disfrazados de ovejas se convierten en vegetarianos?
Carlos Besanson |