Se llevó a cabo el pasado 2 de junio en el Microcine del “Centenario” del Cine Teatro Pico el festejo anunciado por el Centésimo aniversario del Consulado Italiano de General Pico y la conmemoración del Día de la República Italiana. Allí se entonaron las estrofas de nuestro Himno Nacional Argentino y del Himno Nacional Italiano y se reconoció con la entregas de medallas a descendientes de agentes consulares.
Durante la ceremonia hubo un reconocimiento para Juan La Gioiosa, primer real agente consular, que recibió su nieto, Silvano Bidone La Gioiosa, entregado por Ricardo Deballi, quien al dirigir su discurso a los presentes dijo en los tramos más salientes: "A fines del siglo XIX se consolidó la Argentina Moderna, el crecimiento demográfico promovido en base al desarrollo de las colonias agrícolas con gran población extranjera dio lugar a la aparición y constitución de una importante cantidad de pueblos agrícolas siguiendo el trazado ferroviario. Uno fue General Pico, cuya fundación se concretó el 11 de noviembre de 1905. Los italianos contribuyeron en gran medida a poblar estas tierras; eran parte de los contingentes que llegaron al país con la inmigración masiva , y que le dio un carácter aluvional a la nueva sociedad que se estaba construyendo. Los nacidos en Italia representaron en esta corriente el 50 por ciento de los desembarcados, y el país se convirtió, en el segundo destino elegido por esta colectividad para emigrar.
La zona norte del territorio atrajo a muchos de esos migrantes de la península, en su mayoría ya instalados en la Argentina y que habían estado asentados en otros sitios del espacio pampeano como las áreas agrícolas de las provincias de Santa Fe y Córdoba. A mediados de la década de 1910, los italianos representaban el 30 por ciento de los extranjeros que habitaban en el Territorio. La necesidad de mantener lazos con otras entidades italianas en el país y con los representantes de su patria en la Argentina hace que se solicite , solo al año de fundado el pueblo que se estableciera un agente consular de Italia en General Pico y poco después el 18 de febrero de 1907 se nombró a Juan La Gioiosa, que primeramente atendería en su establecimiento de campo Lambaré y por un largo período de tiempo fue el vínculo con la lejana patria .
Desde ese momento y en todo este siglo que ha transcurrido, hombres de General Pico han representado al estado italiano , primero al reino de Italia y luego a la república, ante sus connacionales. Vínculo esencial para mantener los lazos con la patria de origen, recrear para sus descendientes la segunda patria y acercar el devenir de Italia a estas tierras de la llanura pampeana. El movimiento de la representación consular, sus paréntesis y vicisitudes han reflejado a través del tiempo las distintas etapas que han caracterizado los intereses de los ciudadanos italianos en este suelo.
Hoy como parte de los festejos del Centenario de la Asociación Italiana de General Pico, recordamos estos cien años de labor fecunda de todos aquellos que han estado al frente del consulado en General Pico y que nos han hecho siempre tener presente nuestros lazos con la tierra italiana, homenajeando a sus descendientes con gratitud y cariño.
Además, conmemoramos también el día de la República, la fiesta nacional de Italia;
El dos de junio de 1946 se realizó un referéndum de consulta en el cual los ciudadanos fueron llamados para escoger entre República o Monarquía. Si bien que la monarquía hubiera tratado de cualquier modo de influenciar la selección del electorado, el pueblo italiano se manifestó sin equivocación alguna a favor de un sistema de gobierno republicano y parlamentario, en sustancia un Estado de derecho donde las principales instituciones fueran independientes y soberanas basado en el principio de la separación de los poderes.
La monarquía había dado un importante y determinante apoyo a la dictadura de Mussolini que duró más de veinte años, por lo tanto los italianos, conscientes que la institución monárquica estaba ya demasiado comprometida, escogieron por mayoría la República, asociándola a la idea de una democracia basada en los valores que habían unido a todos aquellos que se habían opuesto al fascismo y a la guerra, independientemente de sus ideologías y de sus programas políticos contingentes.
La Italia de la posguerra estaba destruida y hambrienta, necesitada de todo y humillada por los enemigos y aliados. La elección del 2 de junio demostró que los italianos creían, a pesar de todo, en su capacidad de poder gobernar directamente su propio país sin tutores y en la potencialidad de su propia nación, convencidos que el desarrollo de un país es una responsabilidad que pertenece a todo el pueblo.
Hoy, después de 61 años de esa fecha tan importante para Italia, podemos apreciar lo que esa convicción democrática, tan radicada en las mentes de las clases dirigentes y también del pueblo italiano de entonces, fue justa. Italia del Siglo XXI es la sexta potencia económica del mundo, tiene una democracia sólida y es un país desarrollado en todos los sectores.
La celebración de la Fiesta Nacional de la República, del 2 de junio, tiene por tanto un significado unívoco que vale para los italianos como para cualquier pueblo en el mundo: Un pueblo unido y convencido del valor de la democracia puede determinar el curso de la propia historia y levantar su propio país del peso de la miseria y del subdesarrollo."