El Caldenal
La provincia de La Pampa posee una importante masa boscosa nativa formada principalmente por árboles de Caldén que se extiende por toda la franja central de la provincia. Estos bosques han sido intervenidos desde principios del siglo pasado por el hombre moderno debido a la madera de alta calidad y durabilidad que produce para diversos usos, preponderantemente carpintería rural.
Es difícil establecer fehacientemente, la superficie boscosa actual, aunque el inventario forestal nacional recientemente editado la estima en aproximadamente 2 millones de hectáreas. De este total aproximadamente 600.000 hectáreas son de bosque productivo. Estos bosques poseen un marco legal con la Ley provincial Nº 1667, que es de adhesión la Ley Nacional Nº 13.273 de defensa y mejoramiento de los bosques, incluso mas completa y estricta que leyes similares de provincias con mayor historia forestal que la nuestra.
A pesar de tener este importantísimo recurso natural, su aprovechamiento ha sido y lo sigue siendo en la actualidad de manera errónea, debido a la falta de conocimientos científicos y técnicos apropiados sumados a una liviandad histórica en los controles por desinterés en el recurso. Es sabido que la provincia históricamente se ha volcado a la actividad agropecuaria dejando de lado el recurso forestal preexistente en estas tierras, en algunos casos forzando estas actividades sobre el mismo bosque, no entendiendo que este debe ser un complemento de las mismas, generando así una diversificación de la economía rural.
Es necesario avanzar aún mas sobre la ecología del caldenal y realizar estudios dasométricos del mismo. Por ejemplo hoy en día luego de intervenir el bosque durante mas de 80 años de manera intensiva no se han realizado estudios sobre la posibilidad (en la jerga forestal la cantidad de madera que se puede extraer en una unidad de tiempo sin agotar el recurso). Esto permitiría una ordenación forestal sostenible de nuestros bosques naturales.
Por otra parte el Protocolo de Kioto abrió nuevas puertas de manejo a nuestros bosques de Caldén, aunque sus beneficios no se verán en lo inmediato sino en el mediano plazo. Es imperante apoyar con políticas adecuadas para el sector el desarrollo de industrias de tecnología adecuada que permitan mejorar el aprovechamiento y agregar valor a la madera que sale del bosque. En la actualidad la mayoría de los productos madereros que salen de la provincia son sin elaborar, agregándose valor en otras provincias e incluso en el exterior.

Bosques Cultivados
La actividad forestal de cierta magnitud en bosques de cultivo en nuestro país se remonta a principios de la década del ’40 del siglo pasado. Históricamente y en la actualidad esta se centra en unas pocas especies de Eucaliptos, Pinos y Salicáceas.
El área total forestada se aproxima al millón de hectáreas, el 70% de las mismas en la mesopotamia de nuestro país. Si se compara con las superficies de Chile (1.5 millón de has) y Uruguay (800.000 has) es un valor escaso teniendo en cuenta las grandes diferencias territoriales que nos benefician.
En la Provincia de la Pampa la superficie de bosques cultivados es de unas 3.000 has en total, cuya mayor parte corresponden a álamos bajo riego en la Colonia 25 de Mayo (antiguas plantaciones del Instituto de Seguridad Social de la Provincia, hoy en manos de la empresa Forestal Medanito) y una nueva inversión en plantaciones de Eucaliptos en Catriló.
Esta superficie es exigua considerando las vastas superficies que la actividad agrícola ganadera no aprovecha, y que no serían competitivas, y el derecho a riego que la provincia posee por ser co-propietaria del Río Colorado (alcanzaría para regar eficientemente unas 80.000 has). Existe una ley nacional, a la cual la provincia adhiere, que establece un régimen de incentivos a la actividad forestal, muy favorables para desarrollar inversiones en el ámbito local, a lo que se suma la red de viveros provinciales certificados.
El gran cuello de botella de la actividad forestal es la falta de industrias de transformación que haría a nuestros productos forestales competitivos en los mercados nacionales, ya que por las distancias a los centros de consumo es muy difícil ingresar con la madera sin elaborar. Como ejemplo la empresa Forestal Medanito vende gran parte de su producción de tableros laminados de álamo en las sucursales de EASY en todo el país. No nos debemos olvidar de incluir a los vastos montes de Eucaliptos y Coníferas que se encuentran mayormente en la región de secano provincial y que por décadas han aportado sombra y protección al ganado en los campos. Estos también son factibles de aprovechar sustentablemente.

Arbolado Urbano
La masa forestal que comprende veredas y espacios verdes de las ciudades es fundamental para crear un ambiente más limpio y sano.
Los árboles, principalmente los de vereda, contribuyen en la reducción de temperatura del aire (algunos estudios la sitúan en el orden de los 2º C) acarreando una reducción efectiva en el consumo de energía. Los árboles funcionan como purificadores al fijar el dióxido de carbono del aire y otros contaminantes provenientes de la polución urbana. Como ejemplo, en una ciudad mediana como General Pico que posee cerca de 50.000 árboles en su estructura urbana, se fijan anualmente en todo concepto unas 2.500 toneladas de dióxido de carbono.
También los árboles son barreras físicas a partículas de polvo, disminuyen los efectos de ruidos molestos, moderan la velocidad de los vientos y mejoran estéticamente el aspecto de las ciudades.
Para lograr perpetuar los beneficios que proporciona el arbolado es necesario comprender que los árboles no son propiedad del frentista sino de toda la comunidad y por ende las autoridades locales son las encargadas de regular y coordinar las intervenciones que en éstos se determinen (Podas, extracciones, pulverizaciones). En provincias vecinas, por ejemplo no existe la costumbre tan arraigada en algunas de nuestras ciudades de podar indiscriminadamente, gozando de añosas arboledas de gran porte en sus calles y avenidas. Se debe tener presente también que los árboles ubicados en veredas no están en su ambiente natural por lo tanto su desarrollo es diferente e interceptan líneas de servicios que acarrean mayor complejidad a la hora de intervenir sobre los mismos.

Conclusiones
La Provincia de La Pampa debe tener una política forestal sustentable y de largo plazo, habiendo indicios en la actualidad tanto en el ámbito privado como en el público de que se encara el camino correcto. Los recursos forestales existentes y los que se implanten, de la mano del necesario apoyo del estado, la creación de industrias de procesamiento y la ampliación de los estudios técnicos y científicos existentes, permitirán crear fuentes de trabajo genuinas logrando diversificar la economía pampeana.
Es necesario entender que los tiempos y períodos productivos en el ámbito forestal son de largo plazo y por ende las políticas y programas que se planteen deben tener en cuenta esta premisa.
El juego está abierto y la pelota la tenemos nosotros, sólo hay que saber aprovechar la oportunidad.

Colaboración: Ing. Forestal Ramiro A. Vicente Subdirector de Forestación Municipalidad de General Pico