Con las nuevas tendencias del turismo,
se ha incrementado positivamente la presencia
en los hoteles de un cliente al cual no
se le había prestado hasta entonces
una adecuada atención, me refiero
a los huéspedes con necesidades educativas
especiales (físicas, psíquicas
y visuales).
Para las personas con necesidades educativas
especiales no todo ha acontecido de un modo
fácil y sencillo, ellos han recibido
diversas clasificaciones, que estuvieron
influenciadas por variadas tendencias sociales,
desiguales teorías científicas
y diferentes escuelas psicológicas.
En ellas abundan los mas disímiles
criterios sobre discapacidades o minusvalidez;
no olvidemos que estas personas fueron por
mucho tiempo causa de injustas discriminaciones,
segregaciones y marginaciones.
Referencia histórica
Comentando sobre la comunidad primitiva,
en esta época el individuo que no
se hallara capacitado para tomar parte en
la búsqueda de alimentos o no se
adaptara a las difíciles condiciones
de vida, perecía por sí mismo,
era eliminado por las fieras salvajes, por
individuos de otras tribus que les atacaban
o por los de su propia tribu. El nivel de
desarrollo de las fuerzas productivas era
tan bajo, que no existían productos
excedentes y las comunidades buscaban la
forma de liberarse de estas personas.
En civilizaciones como la griega, el culto
a la belleza del cuerpo humano sofrosine
(temperancia) era tan importante, que los
niños nacidos con alguna discapacidad
eran sacrificados. También existen
escritos que narran cómo en la antigua
India, los niños que presentaban
alguna deformidad física eran abandonados
en la jungla sin ninguna protección,
para que fueran devorados por los animales
salvajes.
En el mundo antiguo y medieval no podemos
calificar de humanitario el trato que se
le daba a estas personas, pues eran consideradas
carentes de cualidad humana, por tanto no
merecían la compasión social.
Aunque existieron casos aislados donde se
trató de incitar a la piedad hacia
estos individuos.
En la medida que cambiaron las condiciones
económicas y se perfeccionaron las
fuerzas productivas, las sociedades fueron
prestando mayores atenciones a las personas
con necesidades especiales o discapacidades,
guiándose a veces por razones humanitarias
y otras por motivos económico-sociales
y morales.
En la actualidad existe una política
diferente con respecto al tratamiento que
se les dispensa, pero todavía varía
mucho de un país a otro la importancia
social que se concede a estos individuos.
Aunque numerosas instituciones y organizaciones
internacionales se preocupan y trabajan
por lograr que les sean reconocidos sus
derechos más elementales como: educación,
salud, trabajo, deportes y recreación.
Analicemos un ejemplo
Usted ha llegado a un hotel, y debe superar
con su valija o maleta de ruedas una escalera
que posee cuatro peldaños, notará
que es algo difícil de realizar si
su valija está muy pesada, ahora
piense en una persona sobre una silla de
ruedas superando esos mismos obstáculos
y reconocerá que conlleva un mayor
esfuerzo. Por eso en el mundo hotelero actual
se lucha por transformar el espacio físico,
eliminando las barreras arquitectónicas
de modo tal que la instalación completa
pueda ser utilizada por todos los clientes
incluyendo aquellos con necesidades educativas
especiales o discapacitados.
Algunos de estos cambios incorporados
a muchos hoteles son:
Facilitar habitaciones en la planta
baja. Teléfonos accesibles
a clientes en sillas de ruedas. Cuartos
de baños espaciosos, con duchas manuales,
pasamanos y agarraderas, salvando de esta
forma lo que ha constituido uno de los grandes
obstáculos hoteleros. Elevadores
con botones marcados en braille, señales
lumínicas y sonoras. Instalación
de cerraduras e interruptores de lámparas,
aires acondicionados o calefacción
que pueden ser pulsados, apretados o girados
con facilidad por personas con limitadas
capacidades manuales. Construcción
de rampas con pasamanos y la inclinación
adecuada; Etc.
Animación especial
Pero el motivo de nuestro artículo
es llamar la atención para que exista
mayor consideración a estos clientes
en un hotel, con relación a que posean
una mejor utilización de su tiempo
libre, brindándoles un profesional
servicio de animación. Hemos observado
con tristeza cómo en muchos hoteles
estos huéspedes con necesidades educativas
especiales o discapacitados, no encuentran
igualdad de oportunidades al ser excluidos
del programa de animación. Debemos
entender que ser discapacitado, minusválido
o un huésped con necesidades especiales
no significa ser una persona sin aptitudes,
es tener otras, por tanto se debe prestar
atención a estas que se tienen y
aprovechar dichas capacidades. Resulta muy
importante lo que las personas son capaces
de lograr por sí solas, creciéndose
ante sus dificultades cuando se sienten
motivadas. Es increíble pensar, con
la cantidad de Juegos Paralímpicos
efectuados hasta la fecha, que todavía
existan personas que dudan de las capacidades,
habilidades y tenacidad de estos individuos
para realizar cosas que parecen increíbles.
Aún existen numerosos individuos
con discapacidad que no saben ni siquiera
jugar, nunca les han dado la oportunidad,
desconocen que la práctica de un
deporte podría mejorar su calidad
de vida, tanto física, psíquica,
como social, permitiéndoles desarrollar
la vida en colectivo, la fuerza y la movilidad.
¿Por qué no existe animación
para ellos?
Los animadores reconocen una serie de limitaciones
para atenderlos cómo la falta de
paciencia, tolerancia y comprensión,
unido a la escasez de materiales e instalaciones
adaptadas. Pero esto no es justificativa
para la carencia de un programa de animación
emergente dirigido a estos clientes, ya
que la razón fundamental es el desconocimiento
de aspectos didácticos metodológicos
que permitan trabajar con estos huéspedes
en diversas actividades y el no conocer
cómo tratarlos.
El programa a elaborar debe ser emergente,
porque no siempre se cuenta con huéspedes
tan especiales en el hotel, por ello, previendo
su llegada, el hotel poseerá un personal
de animación calificado para trabajar
con estos huéspedes y un programa
de animación que permita intégralos
con los demás clientes, sin olvidarnos
que ellos son seres humanos, como los otros
huéspedes, como usted y como yo,
y por tanto merecen todo nuestro respeto
y consideración.
La integración de estas personas
no es una cuestión exclusiva de un
hotel, es de todos los hoteles. En nuestra
sociedad ninguno es diferente, porque todos
somos diferentes, entonces debemos evitar
a toda costa la «falsa integración».
Un ejemplo de actividad a realizar: si planificamos
un juego de voleibol sentados, es decir
que todos los jugadores aunque no posean
ninguna discapacidad estén sentados
sobre el suelo, con la red más baja
y todas las medidas de este juego para personas
con necesidades educativas especiales, permitirá
que los clientes se integren y participen
del juego con una persona que en verdad
posea dificultades para la movilidad en
su tren inferior. También, si vemos
una cliente en silla de ruedas y le preguntamos
si le gustaría aprender a jugar ajedrez,
tenis de mesa o cualquier otro deporte y
a su vez la motivamos para que realice esta
actividad propuesta, haremos de ese individuo
una persona feliz durante su tiempo de vacaciones
en el hotel.
Cómo podemos integrarlos con
los demás huéspedes
Primero, si el cliente posee raciocinio
y habilidades para una determinada actividad,
debemos romper el «cordón umbilical»
que imponen los familiares, haciéndoles
saber a ellos y a él, la importancia
de la actividad que realizará. Utilizaremos
el juego como uno de los elementos que nos
permitirá integral a estos clientes
y mejorar su calidad de vida. El animador
debe conocer que el juego es un instrumento
trascendental para socializar a estos individuos
(jugar significa disfrutar de un buen momento,
no olvidemos que hasta los animales juegan),
llegar a acuerdos, establecer estrategias,
animar a los compañeros de equipo,
reír, etc. Es positivo reconocer
que no todos los juegos serán susceptibles
de integración a todas las discapacidades:
la adaptación de los juegos debe
pasar por un correcto análisis de
las características de los clientes,
la infraestructura del hotel y el dominio
de los animadores sobre cómo realizar
las actividades.
Los animadores que trabajaran con estos
clientes deben:
Eliminar sentimientos negativos,
entre ellos: miedos, prejuicios mitos y
estereotipos asociados con estos clientes.
Conocer los tipos de discapacidades
que existen y qué actividades realizar
para cada padecimiento. Ganar en
información sobre sus padecimientos
específicos. Demostrar que
la accesibilidad es alcanzable y que ellos
son un cliente más dentro del hotel.
Pregúntele a esa persona si
necesita su ayuda, antes de tomarla por
el brazo o empujar su silla de ruedas.
Permita que la persona le explique o le
brinde instrucciones, pues es quien mejor
conoce sus habilidades y capacidades para
realizar determinada tarea. Esté
preparado para aceptar un no como respuesta,
sin ofenderse. Cuando hable con uno
de estos huéspedes, si posee raciocinio,
hágalo directamente con él
y no con su acompañante. Saber
explicarle a los acompañantes que
el cliente puede aprender a realizar determinada
actividad para él planificada, pues
ha sido probada con éxito antes de
hacerla.
Algunas acciones para las personas ciegas
o débiles visuales que se pueden
realizar en un hotel
En el caso específico de personas
ciegas o débiles visuales, si se
utilizan tarjetas magnéticas en las
cerraduras de las habitaciones, debemos
colocar en las pertenecientes a estos clientes
una cinta adhesiva que les permita identificar
por cuál lado deben insertarla.
En los restaurantes del hotel, los camareros
deberán ofrecerse para leer las cartas
menú, que estarán escritas
en el idioma oficial y en braille.
En áreas comunes del hotel, como
los elevadores, se recomienda instalar señalizaciones
adecuadas en braille, que permitan ayudar
en la ubicación del piso deseado.
Estas son algunas de las consideraciones
a tener en cuenta, claro que existen muchas
más, las cuales serán abordadas
en próximos artículos sobre
el tema. La animación no es una panacea
que soluciona todos los problemas de estas
personas en un hotel, pero resulta de gran
ayuda para que estos clientes posean opciones
en su tiempo libre y se sientan como un
cliente más dentro de un hotel y
no como alguien excluido. En estas personas
existe un gran mercado no explotado, pero
debemos conocer no sólo cómo
hacerles las cosas más accesible,
sino cómo servirles, permitiendo
que se diviertan y empleen su tiempo libre
de forma sana.
MsC: Pedro Pablo Abreu Hernández
Profesor de Recreación y Animación,
Universidad de Matanzas, Cuba.
Profesor de Teoría y Práctica
de los Juegos, Universidad de Matanzas,Cuba.
Profesor, Asesor y Consultor de Redes hoteleras
internacionales.
E-mail: [email protected]
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